Trigger warnings: depression, suicide ideation.

I remember googling this question constantly, wondering if it was ok to read as a way to escape the awfulness that was my mind.

I read so many books while dealing with a very tough depression cycle. I can’t say it’s good or bad, I can only say what it meant for me. It felt like I was able to exist outside of my head. My thoughts weren’t my own, and I was just witnessing someone else’s experience life in a fantasy world or meeting the love of their lives. For a moment I ceased to exist, and every pain and sadness just disappeared for the amount of time I took to read a book.

Of course, I became obsessed with that feeling. It was better than therapy (it really wasn’t), and my GoodReads reading goal never looked better. Clearly, this wasn’t the solution.

I came upon a particular romance book. I’m not going to name it because it wasn’t the book’s fault (now I laugh at myself, but at that moment in my life, this book was life-altering), and as usual, I loved the feeling of immersing myself in the story. What I was not expecting was the twist of all twists. SPOILER ALERT: The female protagonist imagined the whole story. It was all part of a mental breakdown, and it was all fake.

Let me tell you something: when you disappear constantly into someone else’s life, you lose your grasp on reality. You are no longer you; you are that someone. So, I could see my whole world crumbling down. Nothing was real; my life was not my own, and nothing made sense anymore.

I hit rock bottom, and if it weren’t for my family (and mainly my cats), I wouldn’t be writing this, sharing with strangers one of the most difficult times of my life. However, this led me to the wonderful therapist I continue to see to this day. We constantly battle because she pushes me to deal with my shit and not bury myself in a book. She taught me about the importance of balance. I can continue loving and reading books, but also explore other outlets for my feelings. Fortunately, I found the world of “bookstagram” and met wonderful friends who let me vent without judgment and probably will be the only ones that will read these words.

ES

Recuerdo que buscaba esta pregunta en Google constantemente, preguntándome si estaba bien leer para escapar de lo horrible que era mi mente.

Leí muchos libros mientras lidiaba con un ciclo de depresión muy duro. No puedo decir que sea bueno o malo, sólo puedo decir lo que significó para mí. Sentía que podía existir fuera de mi cabeza. Mis pensamientos no eran míos, y estaba presenciando la experiencia de vida de otra persona en un mundo de fantasía o conociendo al amor de su vida. Por un momento dejaba de existir, y todo dolor y tristeza desaparecían durante el tiempo que tardaba en leer un libro.

Por supuesto, me obsesioné con esa sensación. Era mejor que la terapia (en realidad no lo era), y mi objetivo de lectura en GoodReads nunca tuvo mejor aspecto. Estaba claro que ésta no era la solución.

Me topé con un libro de romance en particular. No voy a nombrarlo porque no fue culpa del libro (ahora me río de mí misma, pero en ese momento de mi vida, este libro me cambió la vida), y como de costumbre, me encantó la sensación de sumergirme en la historia. Lo que no me esperaba era el giro de todos los giros. ALERTA SPOILER: La protagonista femenina se imaginó toda la historia. Todo formaba parte de una crisis mental, y todo era also.

Déjame decirte algo: cuando desapareces constantemente en la vida de otra persona, pierdes el control de la realidad. Ya no eres tú; eres ese alguien. Así que pude ver cómo todo mi mundo se derrumbaba. Nada era real, mi vida no era mía y ya nada tenía sentido.

Toqué fondo, y si no fuera por mi familia (y principalmente por mis gatos), no estaría escribiendo esto, compartiendo con desconocidos uno de los momentos más difíciles de mi vida. Sin embargo, esto me llevó a la maravillosa terapeuta que sigo viendo hasta el día de hoy. Batallamos constantemente porque ella me empuja a lidiar con mi mierda y no enterrarme en un libro. Me enseñó la importancia del equilibrio. Puedo seguir amando y leyendo libros, pero también explorar otras salidas para mis sentimientos. Afortunadamente, encontré el mundo de «bookstagram» y conocí a amigos maravillosos que me permiten desahogarme sin juzgarme y que probablemente sean los únicos que lean estas palabras.